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Las famosas rúbricas y su utilidad.

Antes de nada, adelantamos que nosotros no somos expertos en el tema únicamente tratamos de aclarar algunos aspectos que pueden servir de ayuda a la hora de llevar a cabo el proceso de evaluación.


El cambio en el planteamiento de la evaluación surge a raíz de la legislación vigente (LOMCE, Real Decreto 126/2014) que además de incorporar nuevos elementos curriculares como son los estándares de evaluación (en la legislación estatal) o los indicadores de logro (en determinada legislación autonómica) los sitúa como referentes a la hora de programar.


Entendemos los indicadores de logro como aquello que, en mayor o menor medida, los alumnos/as deben alcanzar al finalizar la etapa educativa (podrían entenderse como los llamados “objetivos didácticos”). Además de ser la concreción de los criterios de evaluación, son el elemento curricular del que partimos siempre que programamos una Unidad Didáctica Integrada.


Como ocurre en muchos otros ámbitos de la vida, aunque el objetivo sea el mismo hay personas que demuestran un mayor alcance o una mayor eficacia en el desempeño de ese objetivo. Lo mismo ocurre con el alcance de los indicadores de logro, no todos los alumnos/as alcanzan dichos logros en la misma medida y para saber en qué medida son alcanzados elaboramos las famosas “rúbricas de los indicadores”. Estas rúbricas NO son el instrumento de evaluación que los maestros/as debemos utilizar en nuestros día a día, simplemente son una tabla de doble entrada en las que se define la calidad y cantidad de lo que han conseguido los alumnos/as. Dada la confusión que genera utilizar el término rúbrica, mejor hubiese sido referirse a ellas como “Niveles de los logros”.

Este es un ejemplo de rúbrica de un indicador de logro de 2º Ciclo de Lengua.



Por otro lado, podemos hablar de las rúbricas como instrumentos de evaluación, es decir, aquellas que utilizamos para valorar actividades específicas y en las que también se establecen niveles de calidad pero referidos a aspectos concretos de cada actividad. Por ejemplo, en una rúbrica para evaluar un cartel o mural nos fijaremos en diferentes aspectos: contenido, proporciones del dibujo, uso del color... y para cada uno de esos aspectos determinaremos diferentes niveles de calidad.




Esperamos haber aclarado un poco el tema de las rúbricas ;).









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